Quantcast
Channel: Extranjeros en España » paro
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2

Crisis ¿Sobran los inmigrantes? (2)

$
0
0

by Francisco Franco Pantoja.  MMX

El mercado laboral, por diferentes causas que serían objeto de otras controversias y que no vamos a tratar ahora, (anotamos en nuestro debe sin embargo, el hacer una merecida entrada sobre la misma en un futuro cercano), nos arroja un índice de desempleo muy superior a la media europea.

Atrevámonos a cargarnos de criterios imparciales.

Nuestro esquema laboral parece estar dotado de instituciones ciertamente rígidas en el que la oferta no termina de adecuarse lo suficientemente a la demanda. Es precisamente entonces donde finalmente la inmigración ha terminado por ayudar a “flexibilizar” de alguna manera esa mano de obra.

Dicho de otro modo. Pensemos en un recién licenciado que no termina de encontrar trabajo, ¿realmente estaría dispuesto este joven a trabajar en el servicio doméstico, cómo mayordomo?, ¿tal vez como camarero en un restaurante que se encontrara fuera de su Comunidad Autónoma?

Dentro de estos parámetros ¿podríamos sostener honestamente que un extranjero está realmente  sustrayéndole su puesto de trabajo?

Desde otra perspectiva, también deberíamos tener en cuenta la aportación directa o indirecta que los extranjeros pueden producir en nuestro día a día.

Tener la opción de poder contratar a una asistenta no nacional, a un precio/hora más reducido, permite por ejemplo, que ambos padres de familia con hijos pequeños puedan continuar trabajando, dejando a su descendencia con aquella.

De otro lado, pese a la situación de crisis que padecemos, paradójicamente aun existen dificultades para contratar determinados perfiles. De hecho, más que paradójico se me torna cuasi dramático.  Una amiga mía, responsable de Recursos Humanos de una empresa tecnológica, se quejaba de los problemas que viene arrastrando desde hace algunos meses para encontrar a un informático con el objetivo de incorporarlo a un proyecto de desarrollo de software. ¿Sobraría un informático hindú en esa empresa, y en nuestra economía? ¿no creéis que este extranjero aporta realmente valor a nuestro sistema productivo?

Parece que al menos el algoritmo va quedando, aunque parcialmente, resuelto. No nos atrevemos a ratificar con rotundidad esta fórmula:

4.000.000 desempleos  – población extranjero =  0 desempleos

El discurso de todas formas, para seguir siendo pragmático y buscar una necesaria dosis de objetividad debe reconocer no obstante,  las actuales circunstancias; y por ello la necesidad de imponer límites naturales y lógicos que pongan algo de orden a nuestro mercado laboral, y en este aspecto un inmigrante por definición aspira a trabajar en nuestro país.

No parece coherente seguir estimulando mano de obra en sectores cuya recesión es más que evidente (todos tenemos en mente al ladrillo). Tampoco se vislumbra la necesidad de desplegar un proceso de regularización extraordinaria (aunque la disfracen con eufemismos y se la llame normalización, como la última vivida), ni la aprobación de medidas y políticas que aspiren a abanderar un mensaje condescendiente como el consabido “papeles para todos”, que se antoja poco conveniente, y sobre todo poco realista.

Nuestro mercado de trabajo tiene una asimilación de extranjeros limitada. Como cualquier otro. No puede crecer, nada puede hacerlo ad infinitum.

Como factor de referencia tampoco podemos olvidar nuestra incorporación a la Unión Europea. Queramos o no, de la misma manera que en nuestra cartera ya no quedan pesetas (en algunas incluso no subsisten ni  algunos céntimos de euros), como camino hacia la integración europea, debemos recordar que un austriaco no es efectivamente un nacional. Sin embargo hace tiempo que también ha dejado de ser un “simple extranjero”.

Semos Uropeos, aunque muchos de nosotros no recordamos ni cómo, ni quién de nuestros ilustres dirigentes nos pidió consentimiento conciso y claro para ello. Sin embargo el numeroso bosquejo de Tratados a los que casi ninguno podría localizar ni contextualizar con facilidad, nos recuerdan el hecho de la necesaria convergencia.

El trabajador extranjero, Comunitario o no, está incorporado a nuestro tejido, y forma parte de él.

No obstante, las reglas del juego están ahí, y con ese propósito se dictan y sobretodo se respetan, o se deben respetar.  La normativa obliga y no debe permitir estados de relajación, o interpretación arbitraria, como en ocasiones contemplamos en nuestra disciplina.

No podemos, volvemos a insistir, ningún país puede;  prescindir de la mano de obra extranjera. Aunque obviamente, esto no quiere decir que nos abracemos a una anarquía jurídica o una flexibilización en exceso de los procesos, ningún Estado con algo de sentido común lo haría. Y nosotros tenemos sentido común ¿verdad?

a) Postulado uno. La inmigración es necesaria.

b) Derivada uno. Su adecuada regulación y el respeto a las reglas del juego no lo es menos.

La demagogia es fácil, la autocomplacencia también.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 2